Quien siembra salud, cosecha salud… quien siembra enfermedad, obtiene enfermedad.
Para cosechar maíz es necesario un terreno fértil, herramientas adecuadas, sol y agua suficientes, pero sobre todo, sembrar granos de maíz (la simiente). Pensar que con la siembra de otra semilla, como por ejemplo la de girasol, podemos cosechar maíz, es un absurdo que sólo responde a la fantasía o a la ignorancia.
En lo referente a cereales o vegetales, el razonamiento anterior es tan evidente que resulta incuestionable. Sin embargo, en el campo de la salud, tal fantasía parece instalada en nuestra cultura como una realidad cotidiana. Somos una sociedad que tiende a pensar que puede sembrar enfermedad, y que al paso del tiempo va a cosechar salud.
Vencer la ignorancia es por lo tanto el primer reto. Aprender a observarnos y conocer la naturaleza humana, el camino. Sólo quien conoce su propia naturaleza, puede comprender el funcionamiento de su mente, su cuerpo y sus emociones.
Recordemos que cada uno de nosotros es quien conduce el carruaje de su vida, y quien determina la calidad de la misma, pues somos únicos y nuestras necesidades pueden ser distintas a las de otros.
Se impone ante todo cultivar el saber y tomar acción ante las propias necesidades, asumir cabalmente la responsabilidad de nuestra salud y evitar la fantasía de pensar que, con la siembra de girasoles… es posible cosechar maíz.
Guillermo Fuentes García
Diciembre, 2013